Resumen básico de trabajo: Hipótesis y esquema de los orígenes. 

 

El nacimiento del movimiento unitario de las comisiones obreras en Cataluña. Movimiento social catalán.

 

Comisiones obreras, desde su origen debe muy poco a las organizaciones sindicales de antes de la guerra (las llamaremos “históricas”) debido a la práctica destrucción de éstas por la Dictadura dentro de las fábricas. Es conocido que inmediatamente después de la derrota las formas de organización sindical clásicas fueron un blanco fácil para la represión. Las reivindicaciones salariales eran políticas en el sentido de que estaban reguladas por la ley de 1942 que daban una estructuración rígida a los salarios dependiendo directamente del Estado. Por lo tanto cualquier reivindicación salarial tenía unas consecuencias de enfrentamiento directo contra el Estado. Esa situación varió con la derogación de la reglamentación rígida de los salarios y instituyendo la Ley de Convenios Colectivos de 1956, abandonando el régimen el sueño fascista de la autarquía, y dio la posibilidad a que la acción puramente reivindicativa pudiera desarrollarse y extenderse pues las reivindicaciones de los trabajadores, reivindicaciones económicas, ya no eran reivindicaciones directamente políticas. Ahora bien, evidentemente, la acción sindical, la acción reivindicativa continuó teniendo un contenido político pues el régimen mantuvo a los Sindicatos Verticales fascistas como organización básica del sistema de la Dictadura.

 

Nueva situación con la Ley de Convenios Colectivos.

En estas condiciones se crearon unas comisiones de trabajadores en el ámbito de la fábrica nacidas de las reivindicaciones concretas y de ahí le viene el nombre, que estaban encargadas por la asamblea de trabajadores, en condiciones muy precarias por la represión, de transmitir a la dirección e intentar negociar las reivindicaciones que motivaban la huelga o la acción simplemente reivindicativa. Estas comisiones de fábrica, en principio, solamente se mantenían con la reivindicación concreta pues se disolvían inmediatamente o bien eran disueltas por la represión de la policía. Esto, junto con el aprovechamiento de les posibilidades "legales" del Sindicato Vertical, fue una forma nueva, una forma original y adaptada a las condiciones que exigía la lucha reivindicativa. Esta etapa desde finales de los 50 hasta 1964, etapa del desarrollo de las comisiones de fábrica tiene muchos exponentes, especialmente en les grandes fábricas de Barcelona, Madrid, Bilbao, etc. Por ejemplo, las grandes huelgas de 1962 en Asturias que se extienden por Cataluña, en la Maquinista de Barcelona aparece el encadenamiento de la asamblea de los trabajadores, nombramiento de la comisión obrera en la asamblea, forzando a la dirección a reunirse con ella, realización de la huelga, represión inmediata en forma de detención y despido, solidaridad durante todo el tiempo de cárcel de los trabajadores, nombramiento de una segunda comisión que reemplaza a la primera. La idea de esta forma de adaptación fue un enfoque creativo, una elaboración adaptada a las necesidades del momento. Al mismo tiempo desarrollaban toda una argumentación justificativa de la acción reivindicativa, justificativa en el terreno social y político, exigiendo la restauración de las libertades fundamentales, de reunión, de expresión, libertades sindicales, políticas y en el caso de Cataluña, libertades nacionales. También se hacia desde un punto de vista creativo pues se pretendía, mediante estas reivindicaciones democráticas amplias, la incorporación de otras fuerzas antifranquistas en un movimiento general ciudadano que acabara con la Dictadura. En términos de funcionamiento se abandonó la clandestinidad y las limitaciones que ello representaba pero, evidentemente costó muy caro a las primeras generaciones del nuevo movimiento obrero pagando con prisión y exilio pero dio al movimiento de Comisiones enorme prestigio y capacidad de movilización.

 

Coordinación de las comisiones de fábrica.

Así llegamos a la etapa de relación y coordinación de las comisiones obreras de fábrica para, finalmente conseguir en 1966/67 la creación y mantenimiento de les formes organizativas de les Comisiones, a nivel local con las Comisiones Obreras de localidad, a nivel nacional con la creación de la Comisión Obrera Nacional de Cataluña, de Madrid, Andalucía, Euzkadi y otras y a nivel estatal con la Coordinadora Estatal de Las Comisiones Obreras. Describimos el proceso.

Las reivindicaciones a nivel de empresa por el convenio particular de empresa y según las características de ésta llevaron, como hemos visto, la lucha al nivel de la empresa. El aprovechamiento de las posibilidades legales, es decir, la elección de "jurados" representativos contribuyó a mantener la comisión obrera de cada empresa en mejores condiciones, tanto en posibilidades de lucha y movilización por reivindicaciones concretas que por su mantenimiento, es decir, resistencia a la represión. Vemos claramente que aunque el carácter de la lucha era particularmente unitaria en cuanto métodos y objetivos generales, como la explosión de las huelgas de 1962 demostró, en cambio la organización, coordinación, reivindicaciones, en resumen, el planteamiento de la lucha y la movilización eran, esencialmente, a nivel de empresa. En todo caso, los conflictos tomaban, en ocasiones, carácter local por razones de solidaridad espontánea, porque la base reivindicativa extendía el conflicto por ramas enteras o por la acción impulsora de algún partido obrero suficientemente implantado en las empresas.

 

Creación de los organismos locales y de ramo.

Durante la primavera y verano de 1966 el método de asambleas sucesivas  permitió crear un núcleo orgánico y representativo de las diferentes Comisiones existentes en Barcelona, Madrid y otros núcleos industriales así como de obreros que aprovechando la experiencia se lanzaron a la creación de nuevas comisiones en sus empresas especialmente para preparar las elecciones sindicales del Sindicato Vertical. Efectivamente, en octubre de 1966 el régimen preparaba las elecciones sindicales creando un clima de aparente libertad de cara a la opinión internacional. En estas condiciones estas elecciones para "jurados" y "enlaces" del Sindicato Vertical adquirieron una especial importancia. Eso permitió a Comisiones en toda España preparar esas elecciones con unas posibilidades hasta entonces desconocidas. Como es conocido esas elecciones constituyeron un gran éxito para las Comisiones pues ocuparon gran parte de los "jurados de empresa" y ello dio a cada comisión unas posibilidades de acción desconocidas hasta entonces con una tan grande extensión. Ante este éxito el régimen franquista reaccionó declarando ilegales a Comisiones Obreras (nunca fueron "legales") y deteniendo y encarcelando a centenares de dirigentes obreros.

 Pero las posibilidades de elección de los candidatos de los trabajadores y todavía con muchas limitaciones no pasaban del nivel de rama y localidad, después de la empresa, puesto que más arriba de ese nivel eran escogidos por la jerarquía fascista entre los miembros del "Movimiento". Por lo tanto, organización quedó configurada en Comisión de localidad y al interior de ésta por rama de producción. Había, pues, la asamblea de fábrica, la comisión obrera de fábrica, la asamblea de ramo, la coordinadora de ramo y la comisión obrera de la localidad que englobaba el conjunto. El organismo permanente era la coordinadora de localidad escogida en cada asamblea de ramo de la localidad. Así hacia el final de 1966 se creó la Comisión coordinadora de las Comisiones de Barcelona (llamada familiarmente "la local"), igualmente de Badalona, Tarrasa, Bajo Llobregat, etc. Igualmente en Madrid i su entorno. Finalizado el año 1966 vemos iniciada la tendencia orgánica de Comisiones: una organización por ramos que se desarrolla con sus condiciones específicas pero que encuentra su límite con el aprovechamiento de las posibilidades "legales" y la organización local que agrupa los ramos y que puede superar esos límites sin abandonar por ello la capacidad de movilización de las empresas y dando coherencia a todo el conjunto. Posteriormente la prueba fue hecha de que rota la organización por ramos por la represión (encarcelamientos, destitución de cargos sindicales en el Sindicato Vertical), la organización local jugó un papel capital pues siguió coordinando a las comisiones de fábrica, con lo que a pesar de la desaparición de las causas temporales que hicieron cristalizar la organización por ramos no arrastró el nivel superior de Comisiones. Para la represión fue demasiado tarde para acabar con la estructura local de Comisiones, como lo fue también en 1962 para acabar con las comisiones de fábrica.

 

La identificación ciudadana nacional.

Con la organización local se dio un salto cualitativo en el sentido de la marcha hacia la formación de un nivel representativo nacional y estatal. En efecto, la acción obrera se extendió por el ámbito ciudadano buscando apoyos dentro de la localidad con otras fuerzas democráticas o simplemente populares. El ejemplo de esta tendencia se manifiesta con los contactos y gestiones que la Comisión Local realiza en todos los planos de la acción progresiva y democrática, es decir, que el nivel orgánico local permite y facilita esta extensión e influencia fuera del ámbito en el que hasta entonces estaba limitada: fábrica, ramo, sindicato. El hecho de que esta organización local existiera y funcionara no era más que la consecuencia de una situación nueva en la que las fuerzas democráticas se desarrollaban y concretaban. El periodo es de gran agitación popular y que el papel de los trabajadores es determinante. La dinámica de la lucha y organización de la clase obrera, de Comisiones, arrastra otras capas sociales hacia el terreno de la toma de conciencia democrática y antifranquista.

            Las fuerzas políticas democráticas, profesionales, sindicales históricas, católicas, estudiante, se agitan y movilizan, la situación les conduce a una práctica unitaria en cuanto la necesidad de una coordinación de las fuerzas antifranquistas. En este sentido, en Cataluña, la existencia de la “Taula Rodona” de la cual formaba parte Comisiones fue una de las consecuencias de esta tendencia así como mucho más tarde la creación de la Asamblea de Cataluña y la CCFPC. Al mismo tiempo las Comisiones organizaban e inspiraban movimientos populares como técnicos, jóvenes, en los barrios, mujeres, etc.

            Sintetizando tenemos: la organización de ramo que reúne a las comisiones de fábrica tenía sus límites en la localidad a causa del aprovechamiento de las posibilidades "legales", es decir, la estructura del sindicato vertical, de las dificultades de coordinación, por la variedad de los convenios colectivos de empresa. Los ramos se coordinaban mediante la organización local. La clase obrera organizada en CCOO estableció relaciones con otras fuerzas democráticas y ciudadanas en el marco local que propiciaba las acciones comunes. Comisiones organizaba y empujaba a diversos movimientos populares que mantenían relaciones orgánicas locales con Comisiones. La organización obrera de Comisiones tomó dimensiones e influencia ciudadanas. Con base en las fábricas llegó al nivel local a través de su acción común con las otras fuerzas democráticas.

 

La Comisión Obrera Nacional de Cataluña.

El paso de la organización local al organismo nacional fue la continuación y la consecuencia de las perspectivas abiertas por la organización local. Las diversas organizaciones locales de Comisiones fueron coordinándose y de la misma forma que las comunidades locales encuentran su ámbito nacional que refleja y contiene sus características comunes, Comisiones encontró su límite orgánico representativo a nivel nacional de Cataluña. Así se creó la Comisión Obrera Nacional de Cataluña (CONC) y en la cual estaban representadas las diferentes localidades y diversos movimientos de Comisiones según su propia forma representativa. Esta Comisión fue instituida durante el verano de 1967 aunque ya anteriormente había habido reuniones a nivel nacional. La primera acción coordinada a nivel de Cataluña tuvo lugar el 6 de octubre de 1967 (31 aniversario de la revolución de Asturias y de la proclamación del “Estat Català” por el presidente Companys) convocada por las Comisiones Obreras de Cataluña y tuvo como finalidad consolidar las relaciones orgánicas entre las localidades e impulsar la lucha por la recuperación de les libertades democráticas. Esta acción consistió en la ocupación de los locales del Sindicato Vertical en más de treinta localidades, hacer público un manifiesto reclamando los derechos democráticos y la abolición del sindicato fascista y en los lugares en que fuera posible, manifestaciones en la calle. Mientras tanto los contactos entre las Comisiones de toda España proseguían con vistas  a la preparación de una acción nacional y de la formación de una coordinadora estatal permanente. Así se decidió y realizó la acción del día 27 de octubre del mismo año decidida por el conjunto de Comisiones de España. Una vez cristalizada la organización nacional de Comisiones, la misma dinámica unitaria e impulsora hacia las otras fuerzas democráticas adquirió, por la misma naturaleza de las Comisiones y de las fuerzas democráticas una característica nacional catalana. A mediados de 1968, públicamente, la CONC declaró que su referente institucional o marco político legítimo era el Estatuto de Nuria, Estatuto adoptado en referéndum por el pueblo catalán en 1931.

Tomás Chicharro Manero